jueves, 19 de marzo de 2009

Se dice de Mì


Nunca estuve de acuerdo con la etiquetas impuestas, a medida que los años pasan me declaro en guerra con las sentencias prejuiciosas de algunas partes chatas de la sociedad (que a veces en un pueblo sobran) que se adueñan del concepto de lo normal o anormal a antojo y semejanza, y así frases como: Si le pega algo habrá hecho, se fue con otra pobrecita, está loca, es un idiota, un revolucionario, un payaso, un facho, una cornuda, un pu... etc etc....
Parece que muchas veces la gente necesita encasillar a otra gente, diferenciarla con distintos colores para pintar un cuadro superfluo y colgarlo enmarcado en cinismo en los clavos del paredon de fusilamiento.
Durante mucho tiempo me rodee de amigas "normales" (que aún conservo claro) que provenian de familias normales, y estudiaron normalmente para conseguir sus normales trabajos y formar sus normales familias.
Siempre me sentí un bicho "anormal", en principio necesitaba correrme de "la normalidad" entonces salteé estapas, cambié religiones, me enamorè y defendì el sentimiento con uñas y dientes, cuando lo normal indicaba que era demasiado pronto para dejar las muñecas (nadie me preguntó por qué no jugaba con muñecas). Y acenté mi anormalidad estudiando una carrera que me permitía jugar, (nadie me preguntó por qué quería estudiar maestra jardinera) y jugué, canté fuerte en el medio de la calle con 60 enanos que repetian mi canto, y me di el lujo de ser maquinita en todos los trenes, de jugar con masa, de llenarme de besos y abrazos con gusto a dulce o a mocos alternativamente.
En esa època estaba convencida de que una actitud podría cambiar la vida de la gente, y entonces en plena ruta sacaba medio cuerpo por la ventanilla de la traffic que me llevaba al instituto terciario y saludaba a los camioneros que obviamente se prendìan a las bocinas contestando el saludo, ante la mirada incrèdula de mis compañeras que me decìan - estàs loca!!! son las 5 de la mañana estás embarazada! quedate quieta! (nadie me preguntò por que necesitaba sacar la cabeza afuera de la ventanilla ) hasta que gracias a la perseverancia en el último mes de estudio eramos 8 las que sacabamos el cuerpo a las 5 de la mañana. Anormalmente pagué boletos de colectivo con caramelos y viajè descalza y fui mamà a los 19, claro que intentando ser normal me casè antes.
Fui normal un tiempo dejè de salir y me puse pijamas, hice mamaderas, cambiè pañales, planchè la ropa, me callè, guardé mis sueños en una cajita y fui lo que tenìa que ser segùn la normalidad indicada.... hasta que mi normalidad fue cambiada por una anormalidad que tenìa un nombre diferente al mìo y vivìa en otra ciudad....
Anormalmente me separé haciendo todo lo contrario a lo que se hace normalmente... especialmente amando.
Después de la noche que me llevò màs de una anormalidad, llega el dìa y camino descalza y con lluvia,tengo tantos amigos que no puedo contarlos, duermo poco y a deshoras, busco desesperadamente, (nadie me preguntó que busco)y me arrimo cada vez màs a los impulsos, probablemente a las equivocaciones, definitivamente a las "anormalidades" que me hacen pensar que soy mucho màs que un patrón preestablecido que un dìa se animo a enjuiciarme y por suerte no puede encasillarme, porque la anormalidad que elijo... no tiene un nombre, màs que MELINA.



2 comentarios:

  1. muy bueno, la verdad pase de corrida y no se porque me detuve a leer esta entrada (creo que por la foto de Tita Merelo) Contaste tu historia con un argumento bastante interesante, cualquiera hubiera dicho si, hago lo que quiero, soy lo que soy, pero vos le diste cierto estilo. Un punto mas para vos.

    Suerte che, si querés pasar por el mio capaz encontrás algo que te guste, no se, no opino por los demás. Nos vimos.

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  2. Gracias Loreee!!! me encantó que hayas visitado mi espacio! volvè cuando quieras y ya estoy pasando por tu blog.-
    Un besote

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