lunes, 30 de marzo de 2009

la luna desnuda

La luna sola y brillante va guiando caminos,

sirve iluminando los pasos de otros pero nunca llega a ninguna parte,
mira desde su techo oscuro a veces repleto de estrellas y otras con nubes de humo, como cada quien busca su rumbo y casi siempre lo encuentra,

mientras clavada en el cielo, tan lejos del sol y de la tierra, sueña con bañarse en el río que la refleja.

La luna se muere de frío, llora con gotas de lluvia y se duerme justo cuando llega el dìa.
Escucha desde lo alto como gimen los amantes, como se prometen eternidad los corazones de otros, como cantan desamor quienes se rasgan el alma y como gritan de pasion quienes logran encontrarse.

La luna, testigo muda de las confesiones màs diversas, se prende en la solapa de un poeta para que pueda susurrarle el corazón a la mujer de sus sueños y despuès, vuelve a colocarse en su cuna soñando despierta.
La luna cansada, tan llena de nada, guarda en sus bolsillos otras tantas lunas todas diferentes pero que hacen una y sólo las muestra, cuando se desnuda.


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