domingo, 25 de julio de 2010

Si pudiesemos

Si le dejamos al azar la desventura, si le robamos el conejo a la galera,
si nos quedamos con el sueño y con la espera,
si se nos fue el tren y se nos pasa el turno,
si se me escapa el destino en una carta,si otra vez se va el cartero de Neruda,
si por quedarnos libres de dudas nos adueñamos de otro fracaso,
si en un chasquido de dedos se nos mueren los abrazos,
si se diera el puto caso de no coincidir un instante.

Si el vino duerme en tu copa y la cerveza en mis venas,
si nos sobran los motivos para vivir descreídos
si nos ahogan las ganas, si nos susurra el vacío,
si nos pierden los recuerdos, si nos llenamos de nada
si me dejaras caer, si te cortara las alas
si desprovistos de fe nos obligamos a hacerlo
si encerramos tanto canto en una gris partitura

Si en un arranque valiente queremos matar dragones
Si nos derrite el presente un fuego que no es el nuestro
Si por querernos enteros se nos muriera esta parte
Si ser cobarde es quedarse con lo poco que nos queda
Si en cara o cruz se equivoca de decisión la moneda
Si se durmiera la magia, si se perdiera el encanto
Si no estuvieras tan lejos, si no te quisiera tanto.-


domingo, 11 de julio de 2010

Rota

Roto el pecho con el peso del vacío, el esternón sepultado en un agujero, las costillas expuestas, la sangre a borbotones de la rota cicatriz vuelta en herida.

Roto el sueño a causa de pesadillas, invadidos por completos los destellos oníricos de una mente cansada y confundida.

Roto el màs absoluto platonismo en donde vos y yo somos perfectos, roto por infiltración de información roto por realidad y desconcierto.

Rotas las promesas infundadas, rota la esperanza malparida, rota la ilusión y la mentira, rotas las fotos, las cartas amarillas, las caricias y mil veces rota el alma.

Rota la estructura que sostiene, los esquemas personales, los preconceptos,
la meta original por caduca e innecesaria.

Rota de pies a cabeza, las hormonas moribundas, los ovarios gastados y en desuso, rota la piel rasgada en las estrìas, las uñas de arañar la suerte, las piernas de soportar caìdas.

Roto lo que ha sido y la utopía de aquello que nunca pudo ser, rota la memoria descompuesta que confunde felicidad con fantasìa.

Rota cada célula esparcida, rota por necesidad, por decisión y circunstancia, por accidente e intención, por propiedad y abuso.

Rota probablemente por mal uso o por no saber usar , conservando únicamente la esencia, rota la soga que me ata a lo que duele.

Rota para reconstruir a partir de cada trozo y reparirme,.



Vocación de servicio

No soy Dios, no es que hasta hoy no lo supiera, sino que a veces se me mezclan los cables y me parece que yo solita y armada de mi buena voluntad soy capaz de cambiar el mundo y ya que estamos en algùn rato libre colgarle una sonrisa al sol, una y otra vez, me choco el muro transparente de la realidad y harta de tanto chichón en la frente, mareada de tanta revolución, sorda de tanto grito acumulado me siento a pensar, a descansar, a esperar. Lo cierto es que me duele la carencia de Omnipotencia . Què sobervia, que egòlatra, que vanidad tan oscura se esconde tras mi actitud a veces empecinada en vestirse de agente de cambio. Eso me dijeron en la facultad, "vos vas a ser un agente de cambio" y me lo creì, me lo creì tanto que hasta a veces lo hago bien,sólo cuando el dolor me traspasa, cuando la angustia del otro se siente en mi propia piel, cuando una y otra y otra vez la soledad, el miedo, la bronca, el abandono, bailan a mi alrededor vestidos de fiesta invitando muchas veces a la parca a participar, entonces toda la teorìa aprendida, toda la pràctica entendida, toda la experiencia acumulada, no es màs que un montoncito de nada ocupando lugar en el bolsillo. No soy Dios, tengo dos manos que a veces pueden abrazar y otras obligatoriamente tienen que guardar distancia òptima Tengo voz, que puede decir, para mobilizar, alentar, comunicar pero a veces hay que callar porque hablar es traicionar, aunque las palabras se vuelvan pùas clavadas en el alma. Tengo ojos que a veces pueden ver lo escondido tras lo obvio y muchas veces tienen que cerrarse porque ver demàs encandila y eso dicen produce ceguera. Y entonces, cuando me pierdo, cuando en los libros no està el remedio, cuando sòlo estoy yo y mi sentido comùn, (como si sentir fuera comùn) cuando de mì depende enfrentar al toro o colocarme el paño rojo del esquivo, cuando todo consejo se vuelve inverosimil, cuando mi niña herida se lame las rodillas en un rincòn, mis locas sueltas me dicen arriesgate , y una voz adolescente y asustada me suplica en una carta, "ayudame".... yo detesto no ser Dios y detesto doblemente no tener la seguridad de ser atea y parece entonces que lo ùnico en comùn que tengo con Dios, es la vocación de servicio.-