Instantes mios.

Hay instantes maravillosos, sublimes, llenos de energìa
que hacen que hasta el corazón màs parco se tiente a la idea de la magia como posible...
camino por una calle cualquiera y de pronto una brisa suave me despeina y decenas de hojas amarillas y doradas caen lentamente como danzando a mi paso, mientras los rayos de sol se cuelan entre las ramas de los àrboles,
una noche de verano sentada en el medio del campo mirando la luna y deseando que escuche mis pensamientos ,
las primeras gotas de lluvia de una tarde agobiante , el olor de la tierra húmeda,
la mirada de un bebè que se concentra en mis ojos como si pudiera leer dentro de mí y me sonríe regalandome una esperanza,
una llamada de un amigo, una carta, el ùltimo segundo antes del primer beso cuando las palabras sobran y el corazón se desboca,...
hay momentos en los que uno cree indefectiblemente que la vida es maravillosa, una oportunidad única y desea incontrolablemente abrazarse a ese instante y todo lo demàs, no importa, en esos momentos el pecho se ensancha, las mejillas recuperan el color y el dolor sencillamente no duele.
Hay fracciones casi imperceptibles de tiempo, donde todo se detiene y uno guarda en la memoria fotografìas del aura, la sensación del aire entrando en los pulmones, el calor de un abrazo, el color naranja en que se ve a travès de los parpados cerrados dando la cara al sol, las manos pegoteadas de un hijo y el amor reflejado en su cara, la música, el ruido del agua, un te quiero dicho en el momento menos esperado.
Hay instantes en donde una palabra me completa, un sueño se hace posible, una meta se cumple, instantes en los que se siente màs allà de la lògica del pensamiento y uno se emociona, se divierte, se sorprende...
A esos instantes vuelvo cuando no me encuentro, cuando bajan las aguas del río que me refleja, cuando no existen sombras, ni espejos, ni cómos, ni peros, cuando necesito empezar de nuevo...., cuando estoy conmigo, cuando sé que puedo.