domingo, 7 de marzo de 2010

Nada se pierde.. todo se transforma..



Es raro escucharme, justo a mì decir estas palabras, yo que necesito todo ahora, que no puedo esperar un sòlo instante, sin embargo acà me ves, después de todo el tiempo transcurrido, cansada del paso atornillado que no me lleva a ningún lado, ávida de aventuras diferentes,
de besos en la frente de un destino impredecible que me anime a desplegar alas y volar,
volar alto; tanto que no me alcance el desconsuelo, que no susurre resignación la rutina, que no me choque otro fantasma en una esquina dispuesto a despojarme de mi nombre.
Nada se pierde y yo que creì haber perdido tanto, me quedo con lo ganado ultimamente,
digamos en los ùltimos 30 años; el tobogàn naranja, el chupetín de cereza que me acompaña desde entonces, el primer beso torpe y seco, el desconcierto de la hormona galopando entre los senos y el vientre, el amor puro con promesa infantil de un para siempre, el llanto, la bronca, el corazòn destrozado, el alma fuerte, invencible, transparente, el hijo, el padre, el sueño, la mano amiga, que sostiene sin juzgar, la otra que acaricia, aún la que se marcha sin despedirse siquiera.
El abrazo, el entrañable abrazo de una esencia o muchas que se acoplan a la mìa y se ofrecen a hacerme compañía,
La soledad legada y la elegida para regalarme momentos conmigo,
el otro beso, apasionado y furtivo, robado sin ningùn motivo màs que las ganas de saber para que existen los labios, cuando sobran ya todas las palabras.
El error, el acierto, la caìda, lo aprendido después de tanto golpe, el entusiasmo , el sexo,
la osadía de enfrentarse cada mañana a un dìa distinto y saber que existe otro mejor.
Yo que creì perder la batalla contra la desilusión y el abandono, declaro que he ganado tiempo y que de aquí en màs sigue la lucha.-
Que es mucho màs lo que tengo que aquello que se ha ido, que simplemente todo se transforma, incluso yo, incluso lo que ha sido.-

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