lunes, 24 de agosto de 2015

jueves, 25 de septiembre del 2008 a las 19:04


En algùn lugar del mundo quedò "Yomisma" pintando con crayones azules los momentos negros, saltando la soga de la incoherencia, gritando piedra libre para mì y para todos mis commm pa ñerosss!!! raspandose las rodillas en una carrera perdida y amenzando con pegarle un chicle al pelo de la rubia linda de en frente para que deje de burlarse de sus mejillas redondas.
En algùn lugar del mundo, "Yomisma" baja el tobogàn naranja mientras ve la punta de sus zapatos de charol y medias blancas con puntillas y ese sueño no serà una pesadilla,
y esta vez habrà un padre que sostenga.
"Yomisma" amasarà con barro la receta de una vida nueva, se sentirá feliz de inventar su propia historia, guardarà cada abrazo a fin de que en su memoria,encuentre el remedio cuando se sienta sola. Aunque siempre tenga mariposas dispuestas a besar su frente.
En algùn lugar del mundo, Yomisma se pinta la boca con chupetin de cerezas,
reparte besos pegajosos con sonrisas y le cuenta un cuento a la luna en el que una princesa rosa cabalga junto a un príncipe incoloro, así jamàs se destiñe-.
En algùn lugar de mi mundo, Yomisma me muestra el corazón, me invita a pintar jazmines, me abraza en un rayo de sol, y me exige, que los pucheros del alma no le apaguen la ilusión.
En algùn lugar escucho a Yomisma tarear una canción, diciendo "nunca te olvides, que esta Yomisma sos vos".

YOMISMA (UN CUENTO VIEJO)


jueves, 25 de septiembre del 2008 a las 19:00
El día que me recordaron la existencia de Yomisma y que me aseguraron que aún estaba allí , corrí a buscarla.

Hacía mucho que se había vendido el ropero antiguo donde Yomisma se había quedado encerrada, pensar que muchas veces había jugado escondidas usando ese mismo ropero.

Sin embargo no tenía formas de saber a dónde había ido a parar, así que decidí utilizar mi mente para rescatar a Yomisma.

Abrí las puertas del ropero con mucho esfuerzo, los años habían hinchado la madera y esto hacía que cerrara en falso, el ruido de las bisagras parecía un gemido, finalmente distinguí de entre la oscuridad a Yomisma, que estaba acurrucada en posición fetal en la esquina del mueble, apenas pude divisar sus grandes ojos brillantes en la oscuridad, seguía siendo tan bonita como la recordaba, estaba pálida, desnuda, con marcas de hematomas visibles, muy despeinada, parecía hambrienta, seguía teniendo el aspecto de sus 7 años, pero con la mirada cansada.

- Hola Yomisma…- dije suavemente. Pero ella con un movimiento brusco tapó ambos oídos con sus pequeñas manos, al tiempo que cerraba los ojos con fuerza, como si el hilo de luz que se colaba tras de mí encegueciera sus ojos –Me sorprendí ante tal reacción y cerré nuevamente la puerta.

Unos días después volví a intentarlo, esta vez abrí la puerta del ropero con más cuidado. Había recordado que Yomisma amaba pintar así que me acerqué y le dejé un bloc de hojas junto con pinceles y óleos. Esta vez la niña me miró con sus grandes ojos y pude advertir un brillo especial. Me arrebató los materiales y los apretó contra su pecho. Podía escuchar los latidos acelerados de su corazón… - Mañana vendré a verte le dije, traeré lápices de cromo y chupetines de cereza, siempre te gustaron- Sin embargo ella parecía no escucharme, seguía con la mirada perdida acurrucada en ese rincón negro.
Volví como había prometido, el dolor al ver a Yomisma en esas condiciones me partía el pecho, aún podía escuchar su risa pícara en mis recuerdos, sus movimientos divertidos y mejillas rosadas que ahora se habían borrado.

Para mi sorpresa la puerta del ropero estaba entreabierta Yomisma tenía nuevamente color en sus mejillas y tarareaba una canción, mientras pintaba apoyando el bloc de hojas en sus rodillas en el rincón de siempre. Cuando me vió su mirada se ensombreció y un nudo atravezó mi garganta. Yomisma escondió rápidamente sus dibujos y comenzó a temblar.

-Tranquila bonita -le dije- estoy contigo no temas. Intenté acercarme pero la palidez de su rostro y su respiración entrecortada me hicieron pensar que esa pequeña moriría de miedo si me atrevía a moverme. Así que con lágrimas en los ojos dije- Bien Yomisma, no volveré a molestarte, no quiero hacerte daño y me dispuse a cerrar la puerta.

Al dar la vuelta escuché su llanto y una frase colgada de un grito que no pude entender. Abrí nuevamente la puerta y vi sus lágrimas resbalando en el bloc de hojas y sus rodillas desnudas temblando. Me sentí mareada, como si el suelo se abriera en ese instante bajo mis pies.- que puedo hacer por ti chiquita?- dije con un sentimiento de angustia que me atravesaba el alma. - entre sollozos con hipo, Yomisma dijo- VUELVES A ABANDONARME!!!

-ABANDONO otra vez esa palabra que tanto temía esta vez en labios de mi niñita asustada.- como aquella vez- prosiguió- cuando dijiste que si yo estaba contigo no podrías cuidar a tus hermanos, ni defender a la familia del "OTRO" cuando volviera a casa gritando, cuando me dijiste que tenías que ser grande porque los niños no solucionan problemas.- su llanto era tan intenso que no pude más que tomarla en mis brazos, se resistió con sus piernas aferrándose al piso del mueble, pero por fin logré sacarla y sentarla en mis rodillas, ella gritaba y lloraba y decía- me vas a abandonar de nuevo lo sé, ya no confío en ti, ya ni siquiera recuerdas quien soy!!!.-

- Levanté su carita mojada y prometí que esta vez sería diferente, le pedí disculpas por haberme olvidado de ella, le expliqué que la necesitaba que me había perdido, que no recordaba quien era y entonces Yomisma me rodeó con sus bracitos y yo también lloré.
A partir de ese momento Yomisma me enseñó a reír de nuevo, jugamos juntas, volvimos a pintar, a escuchar música, repasamos nuestros autores favoritos, nos dimos el lujo de mojarnos en la lluvia, de gritar fuerte, de reír a carcajadas, a veces Yomisma se apodera de mí y tengo que ponerle límites cariñosamente, pero la mayor parte del tiempo me recuerda que estoy viva, que no estoy sola y que puedo! haberla encontrado nuevamente es muy parecido a haber vuelto a nacer y no quiero volver a perderla...

Lunamé
Septiembre de 2004

martes, 3 de febrero de 2015

Qué lindo que viniste

Hoy se fue mi último héroe, se llenó el corazón de llagas y a borbotones brotan recuerdos difusos entre sonrisas y lágrimas.
Hoy me quedé sin cómplice, sin guiños secretos de rodajitas de salamín o bollitos de plata escondidos bajo lamesa. Como si hubiéramos necesitado alguna vez pedir permiso, nos divertía jugar a que desafiábamos al resto.
Hoy  se fue el calor de las manos siempre juntas y entrelazadas,  forma que encontramos para decirnos  sin hablar  “contá conmigo”.
Yo tuve el honor de ser nieta,pero no cualquier nieta, porque mi nona fue  la mejor del mundo, porque era tan valiente que sólo en el sueño la delataba la queja y nunca le escuché preguntarse porqué a ella.
Los quejosos de siempre y de todo como yo, tenemos alguien que enseña, pero no siempre aprendemos a tiempo.
Hoy tendrían que haber sonado el Chaqueño y Gardel de fondo,  se debería haber armado un camino de flores y aplausos, las palabras del Cura y el Pastor deberían haber transmitido su enseñanza y no leer mal, un texto de un libro desactualizado con versículos que no me importan, porque mi Nona no condicionaba el amor por más que hubiésemos pecado, ni exigía adeptos, ni repartía rosarios.
 La frase favorita era- Qué lindo que viniste!  seguida invariablemente de - ¿Cuándo vas a volver? – Porque así renovábamos contrato de esperanza.
Hoy deberíamos haber repartido bufandas tejidas al crochet, con la frase “abrígate que hace frío aunque haga 40 grados, TN tendría que haber puesto un cartel de Luto y el ganso de Nelson Castro, debío haber usado un Crespón Negro. En la cancha de River debería haber un palco con su nombre. Y el mate por decreto debería ser medio frío, dulce y lavado.
Hoy perdí a mi Primera maestra de Psicología  Social, agente de cambio,mediadora y estimuladora autodidacta. Que se recibió conmigo y quedó a mitad del pos grado.
Hoy se fue el “tarabatamba acaballito de rodilla” de tres generaciones, cantadas en un encantador desafino.
Hoy se fue una princesa de 99 años, que se arreglaba las uñas y el pelo y jamás usó rayas con estampado.
Hoy puteé  mil veces “ 70 x 30” la maldita medida del camino e mesa que siempre me olvidaba de tomar y no pudo empezar por mi pereza.
Hoy me llené de abrazos y de mimos de la gente que quiero, los que están siempre, aún sin estar presentes físicamente,  los que no piden permiso,ni esperan invitación, ni dan pretextos, y no duele menos, porque para dolores infinitos no hay número de abrazos que calmen. Pero hace bien saber que están.
 Hoy se fue mi amiga incondicional, y antes de irse en este mes, desde una cama de hospital lloramos de risa, nos contamos sueños, recordamos un pasado de campo sin luz, puteamos enfermeras, hicimos mucho lío, nos dijimos todos los días te quiero y nos tomamos las manos hasta el último momento juntas.
 Hoy el mundo perdió una gran persona y yo perdí parte de mi mundo, nada fue como debería haber sido empezando por la muerte. Pero el condicional  no cuenta y entonces :
Por fin estás en casa, qué lindo qué viniste! Cuándo vas a volver?
Te amo tanto.

4 de Octubre 2014



Cumple 99.-                                                             

La nona cumple 99, dos semanas antes pregunté cómo íbamos a festejar y nadie había pensado en nada, un cúmulo de problemas familiares nos habían invadido. La nona se mudó un tiempo a casa de mamá,  cada uno de nosotros va y viene, apurados, cansados, siempre con cosas para hacer, y ella está siempre en el mismo lugar,  sentada en la mesa tejiendo. Ella ve en cada visita un rayo de luz, y nosotros no vemos, o vemos poco no sé. Todos apurados, preocupados, ocupados, y ella pide que repitamos lento y en voz alta la última palabra porque escucha poco.
El 4 de Octubre estamos todos alrededor de la mesa, somos como 30, mis tías, mis primos y los hijos de mis primos, mi mamá, mis hermanos, mi hijo, nuestras parejas.  Todos ahí pasándonos las copas y bromeando, si hay algo que tiene mi abuela es buen humor así que nos reta porque no fuimos a horario a peinarla y hacerle las manos.
Finalmente estamos todos ahí, porque ella nos sopló rodillas, masajeó pies, nos leyó cuentos inventados e hizo tortas fritas  cada vez que lo pedimos, nunca le preguntamos si tenía tiempo.
 Todos tenemos la sensación de ser los preferidos de la nona, yo creo firmemente que los soy, tenemos una complicidad particular, un contrato de confidencialidad.
  Todos nos miramos en algún momento y bajamos la mirada, porque estamos ahí disfrutandola, amandola y en el momento de soplar la vela bromea, -qué macana, antes invertía los números y salía ganando, pero 99 siempre es 99. -Mi hermano menor lo convierte en un 66 y nos reímos,  cantamos el feliz cumple, los más chicos ayudan a soplar las vela que se prende una y otra vez.
El más chiquito de la familia, mi sobrino de dos años, recita la parte del cuento que más le gusta, -Soplaré soplaré y la casa derribaré. -
Estamos todos ahí sacando fotos, repartiendo copas y soplando, soplando fuerte no sólo para festejar la vida, sino en un intento implícito y conjunto de derribar la muerte o por lo menos de espantarla. Pero el humor ácido en mi familia es un mecanismo de defensa y entonces mi hermano, el del medio tira,  Celina el año que viene tenemos que bailar el bals eh.. así que andá practicando, no te hagas la viva..... y mi abuela responde, “no me hago, estoy viva y con petisos no bailo “ ;)