
Dame la mano que me pierdo, me traga un laberinto de gente,
me confundo en el mal de otros y el mio duele,
huerfano de soluciones y de besos en la frente.
dame la mano que tantos de la mia se sostienen
que ya no tengo fuerzas ni siquiera para poder soltar,
y le gana como siempre la impotencia a la virtud.
Dame la mano para arrancar mi capa, para destruír la espada de juguete,
y no permitas que juegue a ser hèroe o màrtir,
según le convenga a mi bipolaridad.
Dame la mano que con vos me siento fuerte,
algo de vos sin hacerse cargo de mi,
me ayuda a avanzar y me convence, de que vale la pena seguir intentando.
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