viernes, 8 de mayo de 2009

Durmiendo en diagonal


Como latigazos en el alma, la misma voz que antes me atrajo ahora me rechaza,
cada palabra descuidada como caída de la boca sin permiso, marca la indiferencia que daña más que la intolerancia.
Como golpes sin violencia, con la suspicacia necesaria para no dejar marcas visibles,
acertados de coherencia y raciocinio caen sus argumentos sobre mí.
Como estalactitas que se clavan en el pecho, se mueren los recuerdos de los besos llenos de cereza y miel, cada caricia se viste de luto y llena de sal el agua dulce del río que recuerdo.
Sin más preámbulo que un pasado demasiado reciente para olvidar, se corta una ilusión modesta de un mundo de dos que se queda sin par, sacrificio casher, efectivo, rápido y limpio que hace correr mi sangre cuando la vida se vuelve finita y la noche se adueña de mí, me basta como cuchillo su orgullosa sinceridad.
Como en un sueño desprolijo del cual me despierto, dudando que parte del todo es real y què pertenece al capricho onírico, el tambièn se va y yo sigo durmiendo en diagonal.

3 comentarios:

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  2. Y quien sabe cuanto de uno hay en la distancia, o cuanto de esa diagonal no habla de uno mismo y esa necesidad urgente de ser dueños de un 45 grados que puede significar tenerlo todo y no solo una parte. Diagonal habla de de cruzar por nuestro territorio y el de algun otro. Diagonal es uno mismo, pero sintiendo que algo o alguien se desplazo para dejarnos cruzados frente a la vida.

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  3. Es maravilloso leerte. Ya te lo dije pero no me canso.

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