despuès de haber tropezado 101 veces
mojandome en la lluvia y dando al sol mis fuerzas
hago mío el sendero aún cuesta arriba, màs no me rindo...
lavando la sangre de sueños heridos
màs allà del duelo del ùltimo golpe
con las alas rotas de intentar el vuelo
con los pies cansados, los labios dormidos, no me rindo...
Mi voz susurrante escatima el grito,
mis manos pesadas evitan el golpe,
mi pecho desnudo muestra cicatrices de todas las guerras,
Aún así, regando con làgrimas flores en mi tierra...
yo,
no,
me,
rindo...
Nunca hay que rendirse, aun las flores son hermosas a pesar de ser regadas por las lagriams que citas en tu poema.
ResponderEliminar1. No rendirse, el arte sublime del amor por uno mismo. Me encantó Mel!!
ResponderEliminar2. Que buen comentario martín!!
(inspirado en el comentario de Martín, Mel)
Las Flores que sacian su sed a travez del llanto;
como el riego de Dios sobre los campos,
como las gotas de una noche mojada de estrellas...
Esas flores de las que tu hablas,
flores cicatrices de un tiempo de guerra,
beben el llanto que tu dolor derrama...
y tus lágrimas las hacen más bellas.
PLACER CON MAYUSCULAS VOLVER A LEERTE....
ResponderEliminarAy wo!
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