Habian pasado años desde su ùltimo encuentro. Desde su único encuentro. Pero antes de eso, en esos meses de charla, había pasado la vida.
Ella escribía, no es que lo hiciera bien, nunca se lo había propuesto, simplemente necesitaba callar los ecos de los gritos y el llanto que aún reverberaban en las paredes durante la noche. Nada aturdìa más que el silencio de la ausencia.
El sin embargo entendió su prosa, podía sentir en cada letra su herida en carne viva, y es que quizás, al mismo tiempo, estaban sufriendo de "quedarse queriendo solo", como había escrito ella.
Por eso le escribió, para decirle que sentía su dolor y admiraba su forma de expresarlo.
lunes, 24 de septiembre de 2018
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